
Los ricos también lloran es una telenovela mexicana producida y emitida por Televisa en 1979, que supuso uno de los mayores éxitos de audiencia de la historia del género, fue exportada a más de 50 países y doblada a 25 idiomas.1
Fue producida por el chileno Valentín Pimstein y Carlos Romero, con la asistencia de José Alberto Castro, hermano de la protagonista, Verónica Castro; quien se convirtió en una celebridad a escala mundial gracias a esta producción. A su lado también trabajaron el actor Rogelio Guerra y en el papel de antagonista Rocío Banquells. El director fue el padre de ésta, Rafael Banquells.
Esta telenovela cuenta la historia de Mariana Villarreal (Verónica Castro), quien al morir su padre (Fernando Mendoza) queda al cuidado de su malvada madrastra Irma (Flor Procuna) y del amante de ésta, Diego (Miguel Palmer, luego Fernando Luján), que toman el control de la hacienda de su padre. Mariana, que se ha criado como una salvaje se escapa a la capital, allí es ayudada por un sacerdote, el Padre Adrián (Rafael Banquells), éste habla con el millonario Don Alberto Salvatierra (Augusto Benedico), que la lleva a vivir a su casa en contra de la voluntad de su esposa, Doña Elena (Alicia Rodríguez, luego Marilú Elizaga). Don Alberto se encariña con Mariana, siente una gran satisfacción en ayudarla y educarla, sin embargo sufre porque su hijo Luis Alberto (Rogelio Guerra) es un vago e irresponsable. Luis Alberto trata de enamorar a Mariana, pero su padre se lo prohíbe. A la casa llega a vivir Esther (Rocío Banquells), prima de Luis Alberto, junto con su sirvienta Ramona (Yolanda Mérida). Don Alberto y Doña Elena esperan que su hijo se case con Esther y deje en paz a Mariana. Sin embargo Luis Alberto se enamora de Mariana.
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